Algunas empresas ofrecen apoyo tanto para el cumplimiento de la normativa como para obtener la aprobación de los embalajes para el envío de mercancías peligrosas. Confiar en uno de estos puede ser el resultado de una búsqueda real.
Ante un abanico tan amplio de posibilidades, ¿cómo elige a quién contactar para ser aseesorado y probar los embalajes para el envío de mercancías peligrosas? Se pueden identificar algunos criterios para llegar a una decisión:
La forma en que se tratan estos aspectos marca la verdadera diferencia.
El envío de mercancías peligrosas implica una serie de actividades de precaución para mantener altas condiciones de seguridad. Por ello, se han prescrito varias reglas que deben respetarse: la empresa que se encargará de la tarea de preparación del envío debe asegurarse de que las mercancías peligrosas se encuentren dentro de los parámetros decididos en la normativa de referencia. En este sentido, es fundamental asegurar que quienes serán los encargados de empacar la carga peligrosa estén realmente preparados y cuenten con personal capacitado para todos los procedimientos. En caso contrario, el riesgo de incurrir en sanciones o, más concretamente, causar daños por una evaluación incorrecta de los procedimientos, se pone bastante alto. Por tanto, la formación del personal es sin duda un punto importante, así como el control y la elección del embalaje adecuado y su correcto uso.
La aprobación de la ONU es esencial: es un certificado que, junto con un informe de prueba y un sello impreso en el embalaje, identifica que el contenedor es "adecuado" para el transporte de mercancías peligrosas. Sin ella, no es legal proceder al envío, salvo casos especiales. Para obtenerlo en un plazo de 45-60 días, es imprescindible realizar un test de mercancías peligrosas en el embalaje, para estar en línea con todas las normativas vigentes. La homologación certifica que el embalaje ha superado con éxito las pruebas, pero antes de poder utilizar cualquier embalaje homologado, es fundamental comprobar si se puede utilizar para el envío de su producto. Por ejemplo, en el caso de envases aprobados por la ONU 4G (caja/estuche de cartón) será necesario comprobar en el informe de ensayo de homologación si existe el embalaje interno a utilizar y que es producido por ese fabricante específico con las mismas especificaciones que el ensayado en combinación con la caja. Si no está presente, no será posible utilizar esa casilla. Es fundamental subrayar que la producción del embalaje tras las pruebas de homologación debe cumplir con todos los parámetros y especificaciones de los prototipos utilizados durante la fase de prueba y que el mismo embalaje debe ser producido siempre por el mismo fabricante en la misma planta, ya que especificado en el certificado de homologación, bajo pena de nulidad de la solicitud.
La prueba de embalajes para mercancías peligrosas es una operación multiproceso que solo puede ser realizada por especialistas en el sector. Las pruebas de embalaje para mercancías peligrosas implican operaciones complejas. Hacer uso de empresas cualificadas y preparadas para obtener la homologación hará que este proceso sea "más sencillo" ya que la experiencia adquirida ayudará a identificar de forma inmediata los embalajes necesarios y solucionar los posibles problemas que puedan surgir durante las pruebas de homologación. Una vez realizadas las pruebas y obtenida la homologación, con carácter anual, los controles de producción deben ser realizados por el organismo certificador ya que está preparado para reconocer y verificar que el embalaje y sus componentes se producen como el prototipo utilizado en la fase de prueba. Corresponderá al organismo certificador verificar también la trazabilidad de las materias primas. El incumplimiento de estos controles dará lugar a acciones o multas.
No todas las aprobaciones son iguales. Algunos organismos de certificación, por ejemplo, brindan un servicio de homologación parcial que se autoriza solo para ciertos modos de transporte, por ejemplo, para el envío terrestre ADR o el envío marítimo IMDG. Estas aprobaciones limitan al cliente en el uso del embalaje y lo exponen a sanciones o detenciones de mercancías en caso de que las mercancías se envíen siguiendo un método de transporte alternativo. Es necesario verificar que la aprobación sea válida para cada modo de transporte (ADR, RID, ADN, IMDG e ICAO/IATA) para garantizar altos estándares de seguridad para la naviera y para quienes deben transportar la mercancía.
Ahora está claro a qué se puede renunciar cuando se trata del transporte de mercancías peligrosas. La tentación suele ser la de recurrir a la primera empresa que aparece tras una búsqueda rápida. De esta manera, sin embargo, existe el riesgo de asentarse, cuando existe la posibilidad de contar con un mejor socio.
Diaz y Romero Consultores se interesa por las necesidades del cliente, poniéndolo en condiciones de cumplir con todos los criterios discutidos. El servicio de asesoramiento por parte de personal altamente cualificado garantiza la seguridad en el transporte. Se pone a disposición de los usuarios la actualización constante de la normativa, así como el apoyo para la preparación de todos los aspectos de cara a la certificación UN. La prueba de embalaje para mercancías peligrosas es un aspecto que no se pasa por alto, de hecho, es una ventaja para la empresa.
La principal característica de Diaz y Romero Consultores, cuando se trata de transporte de mercancías peligrosas, es que asegura ciertos resultados para dos viajes: el del material peligroso y el del cliente en el proceso de obtención de la aprobación.