En una versión «transitoria» hasta que el servicio de autenticación de mensajes de navegación abierto (OSNMA) esté disponible, el Comité Europeo de Transporte por Carretera ha decidido que el tacógrafo inteligente de segunda generación sea obligatorio desde agosto, aunque sin esta funcionalidad, como estaba previsto en el Paquete de Movilidad.
En las últimas semanas mucho se ha hablado sobre si finalmente la Comisión Europea iba a retrasar o no la obligatoriedad de que todos los vehículos nuevos a partir de 3,5 tn que se matriculen en el territorio de la Unión lleven instalado el tacógrafo inteligente de segunda generación.
Una reunión del Comité Europeo de Transporte por Carretera (integrado por la Comisión Europea y los Ministros de Transporte de los estados miembros) ha decidido que sí, que las ventajas que aporta esta nueva versión del tacógrafo, en vías de alcanzar los objetivos del Paquete de Movilidad en relación con el control de los conductores, vale más que el hecho de no disponer de un servicio de autenticación de mensajes de navegación abierto (OSNMA) y que debería ser una de las funciones con las que contara.
Con esta nueva versión del tacógrafo pretendía darse cumplimiento a un control más efectivo por parte de las autoridades del trabajo de los conductores, descansos semanales, retornos a sus países cada cuatro semanas, limitaciones del cabotaje… que podrá hacerse en opinión de la Comisión Europea aunque carezcan de momento de esta funcionalidad.
El tacógrafo inteligente de segunda generación, en opinión del Comité Europeo de Transporte por Carretera, no pierde validez sin contar con esta funcionalidad de contar con un servicio de autenticación de mensajes de navegación abierto (OSNMA), ya que incorpora muchas otras que van a facilitar el control de las jornadas de los conductores, como los controles en remoto o el cruce de fronteras.
Una duda que surgió este tiempo de atrás era si la actualización del tacógrafo, una vez esté disponible este servicio de autenticación de mensajes de navegación abierto, sería obligatoria y en este caso quién tendría que correr con ella. El Comité Europeo de Transporte por Carretera ha dejado claro que la actualización, de momento, será voluntaria y si la Comisión decide lo contrario haría propuestas sobre cómo llevar a cabo dicha actualización.