Las empresas que necesitan transportar mercancías peligrosas, o que realizan tareas de embalaje, llenado, carga, descarga o EXPEDICIÓN, se enfrentan a una gran responsabilidad dado el nivel de riesgo asociado a este tipo particular de envío.
Para gestionar la actividad con la preparación y tranquilidad necesarias, es fundamental conocer en profundidad los peligros y cumplir las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas relativas a los distintos modos de transporte.
Cuando las mercancías han de ser transportadas por carretera, entra en juego el acuerdo internacional ADR, que involucra a todas las sustancias, mercancías, objetos y productos químicos, y residuos que presentan características peligrosas para el transporte.
La delicadeza del asunto, aún en presencia de prescripciones detalladas sobre muchos aspectos, puede generar ansiedad en los sujetos que tienen la tarea de organizar el transporte, e indecisión sobre las soluciones a adoptar.
Afortunadamente, la legislación ha introducido la figura de apoyo del consultor ADR, el "Consejero de Seguridad de Mercancías Peligrosas".
El papel del Consultor ADR fue establecido por el Decreto Legislativo 1566/1999 de 8 de octubre, posteriormente actualizado con el Decreto Legislativo n. 97/2014 de 14 de febrero.
Se trata de una figura obligatoria -salvo algunos casos puntuales de exención- para las empresas que realicen actividades relacionadas con mercancías peligrosas, por cuenta propia o ajena, tales como: - El envío - Transporte - el embalaje - carga, llenado o descarga y - DESDE 2019 LA EXPEDICION.
El consultor puede ser el representante legal de la empresa, un sujeto identificado entre el personal interno o un individuo externo.
La preparación necesaria para poder desempeñar esta función se acreditará mediante la posesión de un "Certificado de formación profesional" específico, expedido tras un ciclo formativo cualificado con examen final.
El certificado, que es válido en todos los países pertenecientes a la Unión Europea, excepto en casos particulares, es emitido en España por los organismos de transportes de las Comunidades Autónomas, tras la aprobación de un examen escrito, que consiste en cuestionarios con preguntas de opción múltiple, que cubren las especializaciones requeridas y también incluyen el estudio de un caso específico. Es obligatoria la renovación, tras un nuevo examen, cada cinco años.
El alto nivel de preparación alcanzado por el consultor ADR gracias al proceso de formación llevado a cabo y, en particular, sus fuertes competencias en el ámbito regulatorio, hacen que su aportación sea valiosa y tangible para las empresas.
Las principales responsabilidades asignadas al Consejero de Seguridad son las siguientes: - verificar el cumplimiento de las disposiciones vigentes; - prestar apoyo y asesoramiento en operaciones de transporte de mercancías peligrosas; - preparar un informe anual sobre las actividades de la empresa en materia de transporte de mercancías peligrosas; - Elaborar el parte del accidente, en caso de que se produzca.
Considerar al consultor requerido por la ley, especialmente cuando la elección recae en un tema externo especializado, como un "enemigo" que deambula por los pasillos de la empresa, a quien se le revela información interna contra su voluntad, restaría importancia a su papel. Sólo una predisposición positiva hacia esta figura permite aprovechar al máximo su apoyo.
El consultor favorece la optimización de los procesos, facilitándolos y no ralentizándolos. También tiene las habilidades y herramientas para identificar y resaltar los posibles riesgos de un accidente con anticipación, y para evaluar la gravedad de las consecuencias. Además, es capaz de proponer las soluciones ideales para mitigar los riesgos con intervenciones concretas y dirigidas desde un punto de vista técnico y de gestión.
La labor del consultor en la empresa favorece también la gestión regular del transporte por carretera, contribuyendo también a evitar las sanciones previstas en caso de incumplimiento. De hecho, la contribución del consultor se expresa no solo a nivel operativo, sino también desde un punto de vista formal y burocrático, en relación con el cumplimiento de todas las obligaciones y el mantenimiento de las relaciones con las autoridades públicas.
Por estas razones, es fundamental que esta materia esté realmente integrada en todos los procesos de la empresa relacionados con el transporte, carga y descarga de mercancías peligrosas que realiza la empresa, para poder examinarlos, analizarlos y mejorarlos en conjunto, en cumplimiento con la legislación.
El nombramiento del consultor se realiza mediante una comunicación por escrito que deberá ser enviada a la Comunidad Autónoma donde este la residencia de la EMPRESA. La eventualidad de la no designación (así como la no notificación de la misma), podrá determinar la aplicación de sanciones pecuniarias. Considerando la obligatoriedad del nombramiento, y las ventajas que se derivan de la presencia de un consultor ADR en la gestión del transporte de mercancías peligrosas, las empresas del sector confían gustosamente en su consultor experto, que se encarga de muchos aspectos significativos de su actividad.